En el siglo XIX, en Inglaterra, el río Támesis era la fuente de agua y alcantarillado más importante de Londres. Henry Doulton descubrió que el filtrado de agua a través de una cerámica porosa podría hacer que las personas dejaran de enfermarse de cólera y otras enfermedades producidas por el agua. Esta fue una revolución en el tratamiento del agua y en la contención de la enfermedad.
El Támesis estaba muy contaminado con aguas residuales sin tratar. Las epidemias de cólera y tifoidea eran rampantes. “Ofensiva para la vista, asquerosa para la imaginación y destructiva para la salud” titulaba un folleto publicado en 1827.
En 1835, la reina Victoria reconoció los peligros de salud presentes en su agua potable y encargó a Doulton que produjera un filtro de agua para la familia real.
Tras confirmar su eficacia, los filtros de Doulton fueron adoptados rápidamente por los militares, los agentes de la Corona, los hospitales, los laboratorios y los usuarios domésticos en todo el mundo. En 1862, los filtros Doulton mostrados en la Exposición Internacional de Kensington lucían con orgullo las armas reales de la reina Victoria.
El rango y la eficiencia de los filtros de agua domésticos Doulton® se han extendido ampliamente a lo largo de los años para satisfacer las demandas de usos cada vez más sofisticados. Los purificadores Doulton® se utilizan actualmente en más de 150 países.